El pasado día 13 de febrero, estuve en una precioso pueblo de Asturias: Arenas de Cabrales. El motivo de mi visita fue dar una formación en un Centro pequeño, desde cuyas ventanas veía los Picos de Europa. ¡¡Un paisaje idílico!!
A este Centro acuden diariamente alumnos y alumnas de los pueblos de montaña de los alrededores, desde Infantil hasta la ESO.
Los profesores, según me decían, se han cansado de trabajar sólo con el libro de texto, se aburren en la clase, y, por supuesto, también los alumnos. Existe poca motivación por hacer siempre lo mismo.
Además, tienen aulas de 8, 10, 12 alumnos. En una frase, el Centro es un caramelo para poner en marcha proyectos de trabajo, intentando poco a poco cambiar la metodología en el aula.
Algunas profesoras, incluso, ya han hecho sus pinitos siguiendo su propia intuición.
Durante tres horas, hicimos una reflexión de la práctica de aula, y de cómo se trabajan las competencias en una secuencia didáctica. Y, sobre todo, vimos vídeos y ejemplos de momentos vividos por mí en el aula. A través de ellos, les transmití mi ilusión y ganas de seguir trabajando de esta manera con los alumnos porque sé por experiencia que, de verdad, funciona.
